El tai chi o tai chi chuan es un arte marcial desarrollado en el Imperio de China, practicado actualmente por varias millones de personas en el mundo entero, por lo que se cuenta entre las artes marciales que se practican más masivamente.
En la República Popular China el tai chi es una actividad muy popular y en los parques de las ciudades se puede observar por las mañanas a miles de personas ejercitando sus movimientos lentos y fluidos.
Originalmente, el tai chi es un arte marcial interno (chino: 內家拳, pinyin: nèijiāquán) para la lucha cuerpo a cuerpo, ya sea armada o desarmada.1 En tiempos más recientes se lo considera cada vez más como una práctica físico-espiritual, que por una parte sería muy provechosa para la salud, mientras que por otra constituye una técnica de meditación (meditación en movimiento). Frente a estos puntos de vista, su aspecto de arte marcial va perdiendo importancia hasta a veces desaparecer totalmente.
El principio fundamental del tai chi chuan es la suavidad: el practicante debe moverse de manera natural, relajada, suelta y fluida. Al ejercitar el tai chi chuan no hay ejercicios de fuerza, rapidez o endurecimiento, como las pruebas de rompimiento (tameshiwari) usuales en diversos deportes de combate. Por el contrario, se exige que los movimientos se efectúen con un mínimo de fuerza. A diferencia de muchas otras artes marciales, el tai chi chuan se ejercita de manera lenta, para poder aplicar las técnicas de la manera más correcta posible. Algunos estilos o formas del tai chi chuan se practican de manera más rápida (en especial las formas con armas), o bien incluyen determinados movimientos aislados muy rápidos y explosivos.2
En la lucha, el combatiente tai chi chuan trata de «adherirse» al adversario, es decir, mantener siempre el contacto con él. En lugar de reaccionar a determinados ataques del adversario con ciertas técnicas de contraataque, el cuerpo debe reaccionar de manera espontánea y natural, no oponiéndole resistencia a los ataques, sino que en cambio utilizando la propia fuerza del adversario, dirigiéndola en su contra.
Las 10 reglas fundamentales
Los siguientes «diez principios fundamentales» de Yang Cheng Fu resumen la postura corporal y espiritual ideal de un practicante. En los diversos estilos existe además una variedad de principios adicionales.
Erguir la cabeza de manera relajada
Mantener el pecho atrás y enderezar la espalda
Soltar la región lumbar, la cintura
Separar lo vacío y lo lleno (distribuir el peso correctamente).
Dejar colgar los hombros y los codos
Aplicar el Yi (chino: 意, pinyin: yì) y no la fuerza física (chino: 力, pinyin: lì).
La coordinación de lo de arriba con lo de abajo
La armonía entre el interior y el exterior
El flujo ininterrumpido (que el movimiento fluya).
No hay comentarios:
Publicar un comentario