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Defensa Personal Callejera
Cuando la Defensa Personal verbal no funciona, la distancia preventiva es invadida y nuestra integridad física esta amenazada, debemos actuar rápido. Esto no significa que deba hacerse a la ligera, ya que cualquier error puede traer consecuencias.
Debemos reconocer al tipo de peligro que nos enfrentamos, el perfil del atacante. Usemos un poco la psicología y analicemos a la persona; ¿Hombre o Mujer? ¿Quién tiene ventaja física? ¿Se encuentra bajo las influencias del alcohol o las drogas? ¿Parece tener algún trastorno mental? ¿Va armado?. Después de reconocido el perfil del atacante, podemos proceder de una manera u otra.
En cualquiera de los casos, debemos tener claro nuestro objetivo: La mayor eficacia, con el mínimo esfuerzo. Si no somos expertos del Jiu-Jitsu, Judo o Aikido, nuestra respuesta al ataque será, esquivar o parar y después golpear contundentemente, una patada o un puño, y siempre buscando puntos nerviosos o vitales, dependiendo de la gravedad del enfrentamiento.
¿Qué pasa con las luxaciones, los estrangulamientos, los derribos? Este tipo de técnicas son muy complicadas, solo recomendadas para niveles avanzados. En general, tenemos la “mala costumbre” de asociar Defensa Personal con este tipo de técnicas. Esto es equivalente a no saber nadar, y en el primer día de clases lanzarte del trampolín más alto.
La respuesta a una agresión debe ser rápida y contundente, el objetivo de tu respuesta tiene que dejar al agresor fuera de combate.
Características de Ataque y Defensa
Podemos sufrir diversidad de ataques, sin embargo lo más común es que intenten sujetarnos, el agresor normalmente tiende a querer tomar el control, y si no usa un arma, suele intentar reducirnos de alguna manera.
Las clases te aportaran conocimientos ye entrenamiento suficiente para controlar la situación:
Preparar una buena defensa empieza por la posición. Nuestro cuerpo debe estar equilibrado, la columna bien estirada, los pies distanciados a la altura de los hombros y con nuestro peso repartido.
Lo siguiente es establecer la guardia. Hay varias maneras de hacerlo, pero en defensa la más común es con el brazo adelantado alto, protegiendo de la boca hasta el abdomen, y la mano atrasada lista para golpear. Nuestro contraataque debe ser efectivo, por lo cual debe ser acorde a la distancia que nos encontramos del contrario.
Distancia Larga: Usar patadas.
Los golpes típicos de Artes Marciales, usando la tibia o el empeine, pueden provocar mucho dolor, pero en el momento de defendernos en la calle, patear la rotula del contrario con la punta de nuestro zapato, es más fácil y doloroso para el agresor.
Si se tienen los conocimientos, una patada sobre el plexo solar, dejará sin aire al oponente.
También se puede usar la cara externa del pie, para golpear la rodilla o la tibia. Además, algo tan básico como un pisotón, puede causar tal dolor, y una reacción en el oponente que nos deja en clara ventaja.
Los genitales son la parte más sensible del cuerpo, con lo cual una patada en esa zona le dejará fuera de combate.
Distancia Media: Emplear los puños.
Puede golpear con el puño cerrado, impactando con los nudillos, o bien puede hacerlo con la mano abierta, usando la parte carnosa del “talón de la mano”.
Con los puños busque siempre puntos nerviosos o vitales. No golpee la boca o los pómulos del oponente, ya que puede causar dolor, pero seguramente el agresor atacara de nuevo. Puede buscar el esternón, costillas o laringe. Con la mano abierta, golpee fuerte sobre la nariz o sobre los oídos con ambas manos. RECUERDE QUE UN IMPACTO FUERTE EN ALGUNA DE ESTAS ZONAS, PUEDE CAUSAR LA MUERTE.
Distancia Corta: Golpes de rodilla y codos.
El codo es una parte del cuerpo que por su forma y dureza, resulta un arma contundente. Un codazo en el estómago o en la nariz, causa tal dolor que el enfrentamiento puede acabar ahí mismo.
En una distancia tan corta, un rodillazo en el bajo vientre o en los genitales, además de imprevisible puede resultar definitivo para vencer al agresor y salir bien librados.
Los rodillazos y las patadas, son los golpes más recomendables si la situación permite usarlos, ya que evita que peligre nuestra integridad física. Un puño a la cara puede hacer derramar sangre, lo que conlleva un peligro de transmisión de enfermedades.
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Sencillo y práctico. Gracias
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